No habian pasado más de dos años y medio de la última vez que Los Beatles tocaron en vivo, pero como cada año Beatle hay que multiplicarlo por varios del resto de los mortales, aquel 30 de enero de 1969, hace 54 años, parécia que hacía una eternidad que no se presentaban como grupo en public. Y lo hicieron a su estilo, como tantas veces, dejando una marca para la historia.
In fact, el anthológico Concierto de la Azoteaque pasó a la historia porque fue el último de Los Beatles en su carrera.
Todo como parte de una película documental sobre cómo grababan un disco (Let it be) y preparaban el show, que terminó siendo un carnado testimonio de cuatro amigos que se habian convertido en estrellas profesionales de la música a quienes el gusto por tocar y funcionar como grupo se les había resquebrajado con el tiempo (remontarse siete u ocho años en Los Beatles sería más que una eternidad).
Los Beatles y el Concierto de la Azotea: conflictos internos y arte en estado puro
Pero en la simplicidad de las cosas terminó estando el secreto y como mostró en 2021 “The Beatles: Get Back”, a documentary directed by Peter Jackson -supervisado por Paul McCartney and Ringo Starr-, que buscó que se vea the amicable side of that complex beginning in 1969muchos sueños rimbombantes se fueron despertando hacia la realidad que vivían hace 54 años.
Entonces, Los Beatles se decidiron por la terraza del edificio en donde funcionaba la empresa que ellos habien foundedado, Apple Corps., sobre el número 3 de la calle Saville Row. El tiempo apremiaba, ellos no estaban demasiado conquente en tocar en púbico, y subir apenas cinco pisos terminó siendo mucho más cómodo para todos. Y, también, divertido: Los Beatles necesitaban alimentar su ego tanto como su ironía.
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An exception Paul McCartneya quien le iba la vida en cada paso, arrego y acorde de Los Beatles, que subió a la terraza con un impecable ambo oscuro, zapatos y camisa blanca, los demás fueron así nomás: Ringo con un llamativo piloto rojo impermeable de su esposa; John con un tapado de piel que le prestó Yoko Ono para combatir los 6 grados del mediodía en Londres y George un otro abrigo de piel negro que contrastaba fuertemente con su pantalon verde, camisa roja y zapatillas azules de lona.
Los Beatles tocaron juntos, en vivo, por última vez, hace 54 años. Interpretaron cinco canciones, una de ellas “Don’t let me down”.
El Concierto de la Azotea estuvo a punto de no hacerse. Lo primero que se descartó fue la masividad: sería sin público o con pocos testigos preseniales. De hecho, cuando George Harrison accepted regresar a la banda (he had fought with McCartney and abandoned the group) una de sus conditions fue descartar la possibility del regreso a un concierto que genere nuevamente beatlemanía.
Así, la azotea se consolidó como alternative luego de que Ringo subiera a fumar y destarara la buena vista que había ahí arriba. The filmmakers, tensed by the Beatles’ lack of resolution, understood this rarity as a simple and transgressive option: the musicians played without translation and without the public, but en vivo y al aire libre.
El aire libre y el volumen de los amplificadores generaron que, cuando la música empenza a sonar desde la terraza de Apple Corps. ¿eran Los Beatles los que tocaban?
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Los Beatles, el 30 de enero de 1969, en la terraza de Apple. La policía los obligó a suspender el concierto por las denuncias de los vecinos. (Photo: Archive)
Here they are. Y la bola corrió veloz y en pocos minutos ya no eran unos pocos sino los decenas que se frenaban, obstaculizaban el tránsito y entorpecían el paso por los pedestrians. A los mercantiles de la zone la situación empezó a incomodarlos ya la policía, tan sorprendida como la gente- ya no les alcanzaba con un “circulen”. Y debió intervener con firmeza cuando un vecino denunció “ruidos molestos” por el alto volumen de la música.
Los Beatles y el Concierto de la Azotea: solo les faltó terminar presos
Entre sus trastornos de sueño y lo drugado que el propio Ringo Starr recognized tiempo después que estaba en ese mediodía, nunca perdió el “tempo” como baterista. Lo que sí perdió en aquel show en la terraza fue la illusion de terminar en la cárcel, algo que imaginó como una grand final para la película: Los Beatles presos por alterar el orden público. Claro que no sucedió.
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Until the police invaded the azotea and obliged them to turn off the amplifiers and finish the concert, The Beatles (with the support of Billy Preston on keyboards, the only guest musician who appeared as such in the credits of the group) started playing en vivo por última vez a las 12.30 del mediodía y lo hicieron durante 42 minutos. Interpretaron tres versions de “Get Back”dos de “Don’t Let Me Down” y una de “One After 909″, “Dig to Pony” y “I’ve Got a Feeling”.
No terminaron en un detachment policial pero el final abrupto fue lo más parecido a un final feliz para cuatro multimillionarios que acababan de tocar ante “un grupo de chimeneas”, como bromeó George Harrison, dejando gravedo un hito para la posteridad que 54 años después se sigue recordando.
“Me gustaría decir gracias en nombre de la banda y espero que hayamos pasado la audición”, despidió, ironically, John Lennon.
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